Publicaba Expansión en un artículo firmado por Carlos García-León hace unos días que el despacho de abogados Garrigues había decidido, entre otras cuestiones, cambiar su estructura de socios y eliminar la categoria de socios «no de cuota».
El pasado día 20 de octubre, The Lawyer publicaba una noticia similar del despacho DLA Piper (para la parte del despacho que no pertenece a EEUU), haciendo a todos sus socios de cuota. Hoy Expansión se hacía eco de esta noticia publicando unas declaraciones del socio director de DLA Piper en España.
Dos cambios que hacen pensar en la estructura de los despachos y en el papel que desempeñan los socios que no son de cuota o capital. Pueden existir diferentes razones para adoptar esta iniciativa, y entre otras podemos encontrar:
- Entorno económico.
- Ajuste de estructura a las nuevas necesidades de capital humano.
- Viabilidad y sostenibilidad de la forma de la estructura del despacho.
Si nos atenemos a los hechos (las valoraciones y contestación a las preguntas que formulo más adelante me llevarán mucho más tiempo), y en primer lugar en cuanto al despacho Garrigues, tal y como recoge Carlos García-León en su noticia en Expansión, podemos ver el argumento del Socio Director: «Como explica Fernando Vives a EXPANSIÓN, con esta medida “queremos que todos los socios estén alineados de igual forma en la estructura de la firma, reforzando con esta decisión nuestro partnership e intentando lograr que Garrigues sea un despacho más cooperativo que individualista”.
En cuanto a DLA Piper, y según relata el mismo autor: «El socio director en España y miembro del comité ejecutivo mundial de la firma, Juan Picón, ha explicado a EXPANSIÓN que “el plan estratégico del bufete de 2011 a 2014 ya contemplaba estudiar esta medida para alinear a los socios de Emeaa con los de Estados Unidos. Además nos parece mucho más justo y razonable dejar de tener dos tipos de “ciudadanos” y que todos participemos en los riesgos y en los beneficios de la firma”.
¿Qué ocurre con los beneficios a distribuir?
En el caso de DLA, el autor del artículo pregunta por la cuestión que primero viene a la mente. Si los beneficios se reparten entre más socios, en principio parece que tendrán que disminuir, salvo que aumente el beneficio en la misma proporción que los socios o la retribución que percibían hasta ahora sea similar al beneficio que le corresponderá.
El socio director en España de DLA Piper manifiesta al autor del artículo que «no necesariamente tiene que disminuir el beneficio por socio ‘de cuota’. Según los estudios que nosotros estamos barajando, se producirá una bajada muy pequeña y, por contra, se fortalecerá la base del capital de la firma y se alinean a todos los profesionales«. A esta misma cuestión respondía el socio director de Garrigues, respondiendo que «no se reducirá el beneficio por socio. Esta decisión no se ha hecho pensando en los socios, sino en la institución, para generar más valor para el bufete”.
Hasta aquí los hechos, las noticias y las declaraciones de los socios directores. Pero a partir de aquí comienza el análisis:
1.- ¿Qué estrategia seguirán las firmas para que no disminuya la rentabilidad por socio aumentando al doble el número de socios de cuota?
2.- ¿Por qué no lo hicieron antes si era un movimiento estratégico tan claro y exento de riesgos, según declaran sus socios directores?
3.- ¿Es una tendencia a seguir para el resto de los despachos de abogados que se mueven en la llamada «abogacía de los negocios«?
4.- ¿Cómo afecta al leverage o apalancamiento del despacho un movimiento como éste?
5.- ¿Qué efectos provocará en la estabilidad de la estructura de socios la alteración de la ecuación beneficios vs riesgos?
Ahora toca estudiar y analizar estos movimientos.