Hay cosas que se entienden mejor con una mirada objetiva y externa al sector en el que uno desarrolla su trabajo. Acabo de leer un artículo en La Carta de la Bolsa muy interesante. La mayoría de los lectores de este blog son abogados, pero como podrán comprobar por el contenido del artículo, todas las firmas de servicios profesionales tienen muchas cosas en común, aunque mantienen sus diferencias en función de la profesión de que se trate.
Según el artículo citado, el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) opinan que están ante “el peor momento que vive esta profesión desde su historia”. El artículo aporta muchos datos interesantes que me gustaría transcribir literalmente:
«El nuevo equipo responsable de la institución, con Jordi Ludevid al frente en la presidencia, desveló que este colectivo está proyectando en estos momentos sólo el 10% de las viviendas que hace 10 años. Ludevid, que tomó posesión de su cargo ayer mismo, aludió a los “momentos difíciles” que vive este colectivo, “en primer lugar por la crisis económica general y después por la crisis larvada de la profesión” en referencia a lo que denominó la “hiperregulación compulsiva”.
Así, recordó que el Consejo representa a 53.000 arquitectos españoles, cifra que va en aumento “mientras que el PIB de la construcción se restringirá a la mitad”. “El proceso de modernización es inevitable pero positivo aunque es preciso hacerlo con un poco de tiempo”, señaló. Aunque no existen estudios específicos al respecto se estima que como consecuencia de esta crisis podrían haber desaparecido hasta el 50 por ciento de los despachos, pese a lo cual, Ludevid aseguró que “el modelo de la ‘burbuja’ ya no volverá” y agregó: “los arquitectos tampoco lo deseamos”.
Lo que sí tiene claro el CSCAE es que “en la inmensa mayoría de las comunidades autónomas se ha tocado fondo” y que las grandes ciudades se comportan mejor que las pequeñas con mayores indicios de recuperación.Una de las vías que puede resultar decisiva para encauzar la recuperación es la rehabilitación. “Es la gran salida para la profesión siempre que el código técnico de la edificación no ocasione problemas”, señaló Ludevid adelantando que ya hay trabajos iniciados con los responsables del Ministerio de la Vivienda en este tema.»
¿Qué podemos aprender los abogados de esta situación? Muchas cosas.
Lo primero, a conocer el sector en el que desarrollamos nuestro trabajo. La semana pasada, en el transcurso de una conferencia sobre dirección y gestión de despachos en la que actuaba como ponente, pregunté a los asistentes si sabían cuántos abogados había en España. Nadie contestó, y no se trataba de adivinar el número exacto precisamente. En el caso de los arquitectos tenemos un colectivo de 53.000 profesionales en un mercado decreciente. Otro dato interesante que cita el artículo es que el colectivo está proyectando el 10% de las viviendas que hace 10 años. Es muy difícil que un colectivo pueda «digerir» una reducción del mercado tan brutal. En este punto podemos hacernos otra pregunta ¿Sabemos los abogados cómo nos afectan los cambios del mercado en nuestra especialidad? Deberíamos preguntarnos si en determinadas circunstancias, nuestra especialidad crece o decrece, y saber buscar los datos sobre tamaño del mercado y competencia.
Por último, se estima que pueden desaparecer el 50% de los despachos de arquitectura, algo que a los abogados ni se nos ocurre que pueda llegar a pasar. Ni tan siquiera un 1%. El sentimiento de invulnerabilidad en el sector jurídico está muy extendido, y el asesoramiento en materia de management, marketing, operaciones o personas se sigue viendo con desconfianza y posiblemente como innecesario.
La verdad es que las firmas de servicios profesionales de arquitectura lo tienen difícil. Basta ver los siguientes gráficos (fuente: pulsoconstrucción a quien me gustaría felicitar públicamente por el excelente trabajo que realizan) para darse cuenta :
¿Que podemos hacer en el día a día de nuestro trabajo para adaptarnos al cambio del entorno?
De manera muy rápida, se me ocurren unas cuantas cosas:
- Analizar todos los datos disponibles que puedan afectar a tu negocio.
- Tomar las decisiones teniendo en cuenta el entorno.
- Conocer bien los sectores de nuestros clientes para saber su evolución.
- Adaptarnos al mercado y a sus exigencias.
- Saber crear valor añadido al cliente.
- Leer y aprender más alla de los textos jurídicos.
Todos estos conceptos no se pueden dejar de lado en los despachos de abogados. ¿Que durante mucho tiempo el sector se lo ha podido permitir? No voy a discutirlo. Pero que el mercado está cambiando es algo que no se puede ignorar. Y el peor momento para ver los cambios es vivirlos, porque falta perspectiva. Espero que esta pequeña reflexión sobre otras firmas de servicios profesionales os sirva para ver con perspectiva los vuestros.