Esta mañana he asistido, invitado por Thomson Reuters Aranzadi a un desayuno de trabajo con motivo de la presentación de Westlaw Insignis. Me gustaría agradecer doblemente la invitación. En primer lugar, el agradecimiento formal que corresponde a un detalle de este tipo. En segundo lugar, por haber elegido a Richard Susskind como ponente. Es una decisión valiente, formada y esperanzadora.
Valiente porque en el turno de preguntas se ha evidenciado que no tenemos término medio. Richard Susskind ha expuesto con sencillez cómo se han producido determinados cambios en la forma de prestar servicios jurídicos en los últimos quince años. Cambios que en aquélla época los abogados negaban que a ellos les pudieran afectar, igual que ahora una buena parte de la abogacía española sigue negando que les afecten las cuestiones de las que ha hablado el profesor Susskind. Si eres lector de este blog y usuario de redes sociales, el discurso del profesor Susskind te resultará muy cercano, aunque hay que decir que va mucho más allá, abarcando temas que hemos tratado en este blog y vosotros habéis comentado. La prestación de servicios jurídicos va a necesitar gestionar proyectos, necesita adaptarse a lo que los clientes quieren, profesionalizar su gestión y marketing, y no dar la espalda a las nuevas formas de comunicación entre las personas a través de las redes sociales. Y digo que no hay término medio porque creo que los asistentes estaban divididos en convencidos (previamente a la conferencia) y escépticos absolutos que alegan una pérdida de valores que en realidad no se produce. Por ejemplo, no creo que por apalancar correctamente el trabajo se esté traicionando la confianza del cliente.
Formada, porque detrás de la opción Susskind como ponente hay una gran apuesta de Aranzadi por ayudar a los abogados a realizar su trabajo diario de manera más eficaz. O son útiles para los abogados o no los tendrán como clientes (creo que esta afirmación se puede aplicar también a los abogados con sus clientes). La elección del ponente deja intuir una clara apuesta por la eficiencia del trabajo de los abogados, tarea en la que también estamos inmersos otros profesionales.
Por este motivo creo que la elección del ponente es esperanzadora. El sector debe cambiar, pero no porque lo diga Susskind o los que nos dedicamos al management en despachos de abogados. Debe cambiar porque se puede mejorar el servicio que se presta a los clientes, el conocimiento y la formación de los abogados pueden ser de mucha más calidad gracias a la tecnología y porque los clientes están cambiando más rápido que los abogados.
No tiene mucho sentido negar la utilidad de la tecnología aplicada al conocimiento y a la abogacía. Baste un pequeño ejemplo que me acaba de suceder: Publiqué en Twitter algo sobre la conferencia de Susskind, y Juan Alberto Castro, desde Venezuela, me preguntaba si podía tener acceso a ella vía web. En menos de dos minutos y sin hacerle una consulta directa, Thomson Reuters Aranzadi nos contestaba cuándo estará disponible en la web acompañando un link.
Imaginad algo similar hace diez años, abogados del 2011. Y ya puestos, imaginad cómo prestaréis servicios en el año 2020.