El siguiente es un extracto de la publicación hecha por Jose Luis Pérez Benitez para el diario El Confidencial en su edición del 11 de junio de 2024 (La compleja relación de las áreas de negocio en la estructura de las firmas de abogados (elconfidencial.com)
En los despachos de abogados la rentabilidad y la eficiencia operativa no dependen exclusivamente del talento individual de los socios, sino de una estructura organizacional óptima. En este punto, el concepto de leverage –o apalancamiento– que se refiere a la relación entre el número de asociados y socios en una firma, resulta un elemento crucial. Una gestión adecuada y acertada del leverage ayuda a maximizar los ingresos, optimizar recursos y se refleja en la competitividad de las firmas legales.
Como decimos, el leverage, definido como la relación entre asociados y socios es un factor fundamental para optimizar los recursos en una firma de abogados. Ante una estructura de leverage bien diseñada, los socios se concentran en tareas de alto valor añadido, tales como la captación de clientes y la formulación de estrategias, mientras que los asociados se pueden encargar de otras tareas y los abogados más jóvenes (juniors) de tareas más rutinarias y técnicas. Esta distribución del trabajo no solo maximiza la eficiencia operativa, sino que también reduce los coste al aprovechar la diferencia salarial entre los distintos asociados y el coste hora de éstos respecto del de sus socios.
En este sentido, desde Adam Smith hasta Mises, la división del trabajo ha sido un concepto clave en la economía. Mises destaca que «la acción cooperativa tiene una eficacia y es de una productividad mayor que la actuación individual aislada». La diversidad de tareas en un despacho de abogados ejemplifica la necesidad de una adecuada división del trabajo para maximizar la eficiencia y rentabilidad.
[…]Por otro lado, el leverage debe ajustarse según el tipo de servicio legal que ofrece la firma, [categorizado en los cuatro tipos principales que ya conocemos: commodity, procesos, experiencia y expertise].
Cada tipo de abogacía requiere un enfoque distinto en cuanto al número y tipo de abogados involucrados. En el caso de los servicios más commodity, se requiere un alto ratio de asociados a socios. La mayoría del trabajo puede ser realizado por asociados junior bajo la supervisión mínima de socios, dado que las tareas son rutinarias y no requieren alto grado de especialización. Por otro lado, los servicios basados en procesos, necesitan un leverage moderado de asociados a socios. Aunque se requiere más supervisión que en los servicios commodity, muchos de los procesos pueden ser manejados por asociados con experiencia intermedia. Para los servicios de experiencia, se requiere un bajo ratio de asociados a socios. La naturaleza del trabajo exige una mayor intervención y supervisión directa por parte de los socios, quienes aportan la experiencia y el conocimiento especializado. Finalmente, los servicios de expertise, requieren un ratio muy bajo de asociados a socios. Las tareas son altamente especializadas y requieren la intervención directa y constante de los socios expertos.
En conclusión, el leverage es una herramienta estratégica esencial para la rentabilidad de una firma de abogados. Al gestionar adecuadamente la relación entre asociados y socios, las firmas pueden incrementar sus ingresos, reducir costes y mejorar su eficiencia. Sin embargo, en el mercado legal actual, en el que existe una guerra por el talento se añade una capa adicional de complejidad. Las firmas deben prestar especial atención a sus estrategias de reclutamiento y retención para mantener una estructura de leverage efectiva y adecuada para su tipo de negocio principal así cómo adoptar una visión estratégica y proactiva en la gestión del leverage para asegurar su viabilidad y competitividad en el mercado global.
Aquellas firmas que implementen y mantengan una estructura de leverage bien equilibrada, y que logren atraer y retener a los mejores asociados, estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos del sector y maximizar su rentabilidad a largo plazo. La capacidad de una firma para adecuar su leverage, tanto en tipo de profesionales como en número respecto de su estrategia, así como la proporción adecuada de abogados con más experiencia y más juniors para sus operaciones será clave del éxito, el cuál además dependerá de la capacidad darwiniana de cambiar el rumbo cuándo sea necesario en función del mercado tan competitivo y volátil actual.
Jose Luis Pérez Benítez