He preparado una gráfica con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la facturación de los despachos de abogados en función de su tamaño. Se refiere a los datos del año 2008 (últimos que he visto que están publicados) y el número de personas que se atribuyen a cada despacho admite muchas interpretaciones ya que se refiere a «tramo de ocupación«, definición que puede valer para otros sectores pero que en un negocio en el es importante diferenciar abogados de personal de apoyo puede aportar algo de inexactitud.
No obstante, y como digo siempre, es mejor tener este dato que nada. En el gráfico que he preparado podemos ver cómo se distribuye la tarta de facturación jurídica del año 2008. No hay que dejarse engañar por los porcentajes, por ejemplo, aunque el grupo de «menos de 2» es del 36% de la facturación y el de «más de 99» un 16% de la facturación, la composición real de cada grupo (por número de personas) pondera bastante el dato. Es decir, que el 36% de facturación de «menos de 2» se lo tienen que repartir muchísimos más abogados que el 16% de «más de 99» (de media los despachos de abogados en España tienen 1,9 abogados, no digo más).
Para los que quieran saber, además, la cifra de facturación (en miles de euros) de cada uno de los grupos, son los siguientes:
Los datos que ofrece el INE en la estadística de su página en cuanto a facturación (10.500 millones de euros) son los que aparecieron en algunos medios, pero he considerado preciso eliminar algunas categorías como lo facturado por Notarios, Registradores y otras actividades que no eran estrictamente de despachos de abogados (si bien se han facturado por el concepto de servicios jurídicos, no sirve de nada si nos centramos, como es el caso, en despachos de abogados). Así, la cantidad queda en 7.337 millones de euros, que si lo dividimos entre los 120.000 abogados ejercientes que había en 2008, obtenemos una facturación media aproximada de 61.000 euros por abogado ejerciente. Repito, facturación media, con las injusticias que provocan las medias.
Son datos que se pueden mejorar, que no aportan toda la exactitud que nos gustaría tener, pero que son suficientes para hacernos una idea del mercado en el que competimos.